Préstamos para estudiantes
La Educación Superior, especialmente las carreras universitarias, son una primera piedra de toque de cara a la vida adulta posterior: trabajo, familia, hipoteca, financiación… Por ello, los préstamos para estudiantes son precisamente una herramienta válida para la planificación a corto, medio y largo plazo, o incluso para solucionar pequeños problemas concretos. En este artículo hacemos un pequeño repaso a las posibilidades de financiación que tiene un jóven estudiante en la actualidad.
Préstamos para estudiantes: una solución europea
Aunque en España, la forma más habitual de financiarse los estudios superiores siempre ha sido a través de las becas públicas o de los ahorros personales, en Europa y en muchos países del resto del mundo esto no es así. De hecho, en algunas de las grandes potencias, el sistema de becas del Estado se basa precisamente en un sistema de préstamos para estudiantes.
Según estos préstamos, el estudiante recibe un dinero de ayuda durante los años que dure su educación superior. El importe de esas ayudas genera una deuda del estudiante con respecto al Estado, y se compromete a saldarla tan pronto como encuentre un trabajo tras la finalización de sus estudios. Se trata de una forma de hacer sostenible el sistema y de ligar la financiación directamente con la consecución del objetivo: encontrar un empleo.
Reino Unido es uno de los países en los que más implantado está este sistema, aunque también existe un umbral mínimo por debajo del cual las familias tienen otros tipos de ayuda, principalmente la reducción del importe de la matrícula. En Alemania, otro de los motores económicos del continente, sucede lo mismo, aunque el sistema de gratuidad de las universidades públicas está más extendido, por lo que los préstamos para estudiantes (conocido como BAFöG) se destinan a menudo a los gastos de manutención que tienen estos jóvenes en sus primeros años como ciudadanos ‘económicamente independientes’.
Préstamos para estudiantes de larga duración
En España se está implantando cada vez más el concepto de préstamo para estudiante. Uno de ellos es el que cubre toda la carrera, Máster o ciclo de grado superior. Dada la larga duración de esos cursos, el importe de las matrículas es también superior, por lo que la cuantía de estos préstamos puede alcanzar cifras elevadas, por encima incluso de los 50.000€.
Los encargados de facilitar este tipo de financiación son las entidades bancarias, y su aprobación está sujeta a un estudio detallado de las condiciones laborales y económicas de cada familia. Una de sus principales desventajas es el compromiso a largo plazo que generan: el calendario de cuotas es largo y amplio, con comisiones, intereses y obligaciones durante todo ese periodo.
Otros préstamos para estudiantes
Otro tipo de préstamos para estudiantes son aquellos que van destinados a la investigación o a alumnos considerados ‘de excelencia’ o ‘de élite’, pues tienen como objetivo financiar a quienes acrediten notas extraordinarias, de matrícula de honor. Muchos de estos créditos son concedidos por fundaciones y solo financian proyectos que tengan que ver con su ámbito de actuación, a menudo la investigación de una enfermedad o algún otro concepto de beneficio para la sociedad.
Sin embargo, los préstamos bancarios y los de excelencia no son los únicos a disposición de los estudiantes en la actualidad. Una solución cada vez más empleada por parte de los jóvenes universitarios es la de los microcréditos online. Su importe más moderado los hace útiles si lo que se busca es un complemento para el pago de la matrícula o como ayuda para hacer frente a los gastos corrientes mientras se espera el cobro de la beca, que a menudo se retrasa más de lo habitual.
En Credy.es, el importe de estos minipréstamos para estudiantes es flexible: el mínimo a solicitar son 50€, mientras que el máximo son 750€. Los plazos también son personalizables: desde 1 hasta 30 días. La ventaja de estos es que no generan ningún tipo de atadura a largo plazo: se solicitan, se disfrutan, se devuelven en plazo y nada más.
Además, se considera un tipo de financiación rápida, pues la mayoría de los préstamos se conceden en cuestión de minutos, mientras que los créditos bancarios para estudiantes conllevan largos plazos, unos papeleos complejos y unos requisitos muy exigentes para su concesión.
Además, estos préstamos personales en internet para estudiantes tienen un componente tecnológico que los hace más atractivos para los jóvenes, siempre más favorables a las innovaciones y los avances informáticos. En este caso, son préstamos que se pueden solicitar íntegramente por Internet, ya sea desde un ordenador personal o desde un smartphone o una tablet con conexión a la Red: tanto el registro como la solicitud, el cobro y la devolución se pueden llevar a cabo a distancia, sin necesidad de acercarse a una oficina física y con la libertad de realizarlo en cualquier lugar y a cualquier hora.